El sol volvió a alumbrar la capital grancanaria tras un interminable invierno donde las lluvias, el frío y los días encapotados no parecían dar tregua. Ayer, los termometros de la playa de Las Canteras alcazaron los 31 grados al sol y 23 a la sombra.
Sin apenas viento y panza de burro, la bandera verde ondeaba en la arena ayer 31, y los bañistas y comerciantes aprovecharon la ocasión para saborear los rayos de sol que tanto se hacían de rogar. Tanto canarios como turistas no quisieron desaprovechar la ocasión, entre ellos Elmo Ramos.
"El buen tiempo canario no se presentaba, pero hoy sí, gracias a Dios llegó, y muy bienvenido, espero que se quede aquí, obrigado!, porque Canarias es un sinónimo de buen tiempo, sol, playa y un paraíso de las olas para los surfistas", comentaba Ramos, que lleva viviendo en la isla desde 2005 y que se dedica al periodismo en la revista digital Rideitbb, revista que habla sobre el turismo deportivo acuático del bodyboard. "Me fui a Brasil a editar un libro para no ver este invierno pasado. ¡Quita pa' alla! La gente me decía que hacía mucho frío, lluvia que no veas, la cumbre con nieve", añade Ramos.
Los comerciantes de Las Canteras también aprovecharon y recibieron este buen tiempo como si fuera agua de mayo para sus negocios. El restaurante La Oliva, ubicado en La Puntilla y con una década de vida en la hostelería, es solo uno de tantos.
"Ha sido un invierno muy irregular y de los más duros, más días malos que buenos en cuanto al tiempo. Eso tiene un impacto directo en la terraza, donde tenemos la mayor capacidad, y cuando anochecía, ya el frío sí que se notaba más. Incluso hemos sacado las estufas paraguas, que hacía varios años que no las sacábamos, porque eran inviernos suaves", indica Pablo Romero, encargado del restaurante La Oliva.
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